«El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos
y el corazón de los hijos hacia los padres»
Malaquías 4:6
Reflexionamos sobre el importante tema de la familia haciendo una pregunta: ¿Tiene futuro la familia?
Algunos futurólogos pronostican el fin de la familia; otros más optimistas, auguran su consolidación definitiva.
Lo cierto es que de un lado o del otro, más allá de coincidir que la familia ha demostrado su capacidad de resistir a los embates de los cambios, todos se peguntan: ¿Cómo será la familia del futuro?
Desde una perspectiva bíblica, la familia seguirá estando en los propósitos de Dios como el recurso ideal para la humanización de las personas. Ni el Estado, ni la escuela, ni ninguna otra institución especializada, podrán reemplazar a la familia como forjadora de personas plenamente humanas. Desde la mirada bíblica, aunque la tierra tiemble, la familia «no será conmovida».
Desde la perspectiva humana, cada familia individual tiene su parte en la preparación del futuro. En medio de una sociedad cambiante como la nuestra, las familias que quieran mantener los valores fundamentales tendrán que hacer algunas adaptaciones. Una familia rígida no tendrá lugar en el futuro, pero tampoco una familia sin convicciones. Ni la familia ameba exageradamente flexible para la cual todo vale, ni la familia tortuga que sobreprotege a todos bajo su duro caparazón de normas y reglamentos.