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Encuesta de TNS-Gallup exclusiva para LA NACION

La familia es todavía lo más importante para los argentinos

La valoran por encima de los amigos y el trabajo y están satisfechos con la propia

Miércoles 5 de diciembre de 2007 | Publicado en edición impresa

Ni el entretenimiento, ni el estatus económico, ni los amigos. Para los argentinos, como decía un conocido programa de televisión, lo primero es la familia.

Eso surge de una encuesta realizada en julio de este año por la consultora TNS-Gallup, exclusiva para LA NACION. Fue hecha entre 1000 personas de más de 18 años.             gauchos-familiar-4

El sentimiento se traduce en números. En promedio, en escalas del 1 al 10, los argentinos califican con un 9 la importancia de la familia en sus vidas y con un 8,5 la satisfacción que les brinda.

«El estudio demuestra que la importancia de la familia sigue siendo central en la sociedad, un fenómeno que se repite en distintas partes del mundo. De distintos aspectos de la vida social como los amigos, el trabajo, la religión o el tiempo libre, la familia continúa siendo central para la gente», explica Ricardo Hermelo, director de opinión pública de TNS-Gallup.

Las apreciaciones de los argentinos también son similares a las que tienen los latinoamericanos en general, según consta en la encuesta que también se realizó en otros países de la región.

Los brasileños, por ejemplo, otorgan en promedio a la importancia que tiene para ellos la familia un 9,2 sobre 10, mientras que los mexicanos le dan un 8,9.

En la Argentina, los números son contundentes. Cuando se pregunta por la importancia dada a la familia, el 49% la califica con un 10, el 48% con notas que van entre 6 y 9, y sólo el 2% le asigna menos de 5 puntos.

En cuanto a la satisfacción con la propia familia, los argentinos también se muestran optimistas. El 30% le puso un 10, el 66% la califica con notas que van entre un 6 y un 9 y solo el 3% elige calificarla con notas que van de uno a cinco.

Más allá de algunas diferencias menores, los investigadores destacan que en ambas cuestiones -la importancia y la satisfacción que otorga la vida familiar- los resultados son similares sin distinción de sexo, edad o nivel socioeconómico.

Cambios, pero no tanto

«Estos resultados son indicativos de que, si bien se están registrando importantes cambios dentro de su estructura, la familia se ha adaptado a las nuevas tendencias de la sociedad y sigue gravitando vital y afectivamente en la vida de las personas», resume Hermelo.

De todas maneras, la encuesta muestra algunas variaciones para destacar. Por ejemplo, el 40% de las personas de más de 65 años otorga un 10 a la satisfacción con la vida familiar que llevan, mientras que en el resto de las franjas etarias sólo el 30% otorga el valor máximo a su satisfacción con la institución familiar.

También hay diferencias mínimas entre los distintos niveles socioeconómicos. En las clases más altas, sólo el 20% califica con un 10 a su familia. Parece que cuando las cosas no son tan fáciles, la familia brinda más satisfacciones: en las clases medias y bajas, el 30% da la nota máxima a la familia.

Este fenómeno, destacan los investigadores, nos hace únicos en la región, ya que, en el resto de América latina, la importancia dada a la familia tiende a subir cuando el nivel socioeconómico asciende.

Por Agustín F. Cronenbold
De la Redacción de LA NACION

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