«Nunca sigas el consejo de tus temores»
(Stonewall Jackson)
¿Desde qué lugar realizamos nuestros actos?
¿Cuál es la motivación o el disparador?
He aquí una clave fundamental para orientar nuestras decisiones.
Pensemos algunas situaciones.
Le preguntas a tu esposa por cómo ha sido su día. Puede motivarse en un interés porque deseas que la haya pasado bien. En otro caso se relaciona con el control de sus acciones (con quién estuvo, cuánto gastó, qué le dijeron, que dijo, etc.). O quizá le lanzas el comentario cómo un acto reflejo sin desear que a ella se le ocurra dar una respuesta ya que te aburren sus comentarios.
Llamas a un amigo que está atravesando un momento complicado. Te preocupas por su estado y en el llamado hay un deseo de respaldo y de hacer algo por ayudarlo a salir de esa situación. Pero también puede ser que lo hagas porque se supone que debes hacerlo y simplemente llamas para «cumplir» para que tu amigo no se ofenda. O tal vez lo que te guía es tu propia conciencia y lo que más deseas con ese llamado es no sentirte culpable.
Eliges una carrera universitaria o un trabajo determinado. En el mejor de los casos, tomas esa decisión desde la convicción y la pasión sabiendo que Dios te puso en esta tierra para cumplir una misión. O lo haces porque no tenías la más mínima idea y optaste por el camino más fácil. O quizá para agradar a otro. Hoy quizá simplemente sostienes esa vieja decisión por el miedo al cambio.
Volvemos entonces al planteo inicial:
¿Desde qué lugar realizamos nuestros actos?
¿Cuál es la motivación o el disparador?
No estoy aplaudiendo el estilo obsesivo de cuestionarnos todo el tiempo aquello que hacemos. No hablo de hacer todo lo posible para encontrar una «motivación oculta» y luego vivir en una actitud masoquista donde nos repitamos a cada instante «soy malo, soy malo».
De lo que hablo es de HACERNOS PREGUNTAS
QUE NOS IMPULSEN HACIA ADELANTE,
no de cuestionarnos para no avanzar.
Más bien propongo hacernos estas preguntas
para DECIDIR DESDE LA LIBERTAD,
no desde la obligación, la culpa o el compromiso.
Amar desde la libertad.
Ayudar desde la libertad.
Trabajar o estudiar desde la libertad.
Ceder desde la libertad.
Preguntar o responder desde la libertad.
AMIGO, DEJA QUE DIOS TE LIBERE DE LA CAUTIVIDAD.
NO ESTÁS CONDENADO A VIVIR EN OPRESIÓN.
RECUERDA QUE PUEDES ELEGIR
Y QUE DIOS TE DIO ESA CAPACIDAD DESDE QUE TE CREÓ.
DECIDIR BIEN NO ES SÓLO HACER LO CORRECTO,
SINO TAMBIÉN HACERLO POR PROPIAS CONVICCIONES.
SER RESPONSABLES EN EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD
IMPLICA NO SÓLO CUIDAR AL OTRO,
SINO TAMBIÉN CUIDAR DE UNO MISMO.
CONÉCTATE CON DIOS EN ESTE DÍA Y DECIDE EN LIBERTAD.
Dr. Gustavo Bedrossian.
www.psicorecursos.com.ar