Este MES DE LA FAMILIA permite dirigir nuestra atención a la importancia que tiene la familia para cada individuo y para la sociedad.
Se hace necesario tener en cuenta de manera suficiente las necesidades y los intereses de la familia, desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto, y desde el punto de vista individual.
Las personas ven en la familia el lugar de la acogida y de la felicidad, de la solidaridad experimentada y practicada e, independientemente de las vertiginosas transformaciones sociales, también el centro de estabilidad de toda sociedad. La familia demuestra ser la forma más confiable de comunidad solidaria en todas las culturas, realizando sus aportes solidarios justamente cuando la solidaridad institucional es escasa o no existe.
Los individuos sienten y experimentan que necesitan de las relaciones familiares para desarrollar sus aptitudes personales y sociales y que la familia es el garante de la generación del capital humano y social de una sociedad.
El ser humano como ser social depende de otros. Esto es válido especialmente para los hijos que crecen en la familia y encuentran en ella un marco estable para su desarrollo.
Por eso es interesante concentrarnos en lo que dijo Gabriela Navarra en el Diario La Nación: «…somos seres de apego y nos hace falta un lugar cálido donde crecer. Por ahora, no se ha inventado otra manera mejor que no sea la de la familia…’.
Porque la familia es el núcleo fundante y sustentante de nuestra sociedad, en este mes de octubre les decimos:
FELIZ MES DE LA FAMILIA.
Es un mensaje de Voz de Esperanza.